Guan Sha

Guan Sha

Se trata de una piedra (de Jade, cuarzo…) suave y de tamaño mediano que aplicado en masajes sobre la piel del rostro trabaja liberando toxinas, activando el riego sanguíneo y la circulación. Y el resultado no es otro que una dosis de rejuvenecimiento de la piel. Es decir, empleado en la rutina diaria es un perfecto compañero de tu tratamiento antiedad, especialmente, para difuminar las arrugas superficiales causadas por la expresión diaria.

Se recomienda utilizarlo justo después de desmaquillarnos, con la cara bien limpia e hidratada.

No sólo aporta beneficios en la piel sino que ayuda a relajar la tensión de los músculos faciales y con ello, aporta sensación de relajación y bienestar, ofreciendo un mejor descanso.

Sus beneficios pueden incrementarse si se combina con el rodillo facial, ya que tal y como cuenta, cada uno trabaja la piel de forma diferente: “así como el Gua Sha hace su trabajo con efecto lifting (o planchado de la piel), el rodillo ayuda a activar la circulación y trabaja alisando las arrugas, como si fuera una apisonadora”.

Trabaja alisando la piel, activando la circulación y calentando la misma, ya que con la fricción genera un efecto electromagnético que hace que la sangre del rostro circule a mayor velocidad. Esto tiene beneficios respecto al drenaje y eliminación de toxinas.

El efecto lifting milenario utilizado en China realiza una acción tensora sobre la piel y la musculatura, reafirmándola. Además, tiene cualidades preventivas a largo plazo.

Sérums y aceites esenciales

“Para poder hacer un buen uso y que la piedra se deslice por el rostro hay que elegir un sérum o aceite como base, como el de rosa mosqueta potenciado con aceite esencial de naranja o aceite de argán potenciado con aceite esencial de incienso de la India, para pieles maduras.

 “Es la piedra usada por las emperatrices y emperadores desde el siglo VII para la belleza y cuidado de la piel por sus propiedades curativas. De hecho, al jade se le conoce como la piedra de la mujer emprendedora”,

“Los hay de formas distintas para tratar diferentes zonas del cuerpo. Las más comunes son las de forma de pez, pie de pato y rectangulares”.

La presión sobre la piel del rostro ha de ser moderada y se trabaja con movimientos cuyo objetivo es relajar y suavizar las líneas de expresión formadas por la musculatura que expresa nuestras emociones.